Escopeta Franchi Affinity 3 Synthetic Cal. 20

Escopeta Franchi Affinity 3 Synthetic Cal. 20

Para quienes conocen de sobra este calibre poco puedo descubrir pues encandila y convence a nada que le dediques unas cuantas cacerías. Yo llevo con él 33 años, comencé con yuxtapuestas y sigo con ellas, pero me ronda y de forma muy concienzuda una semiautomática por varios motivos, fundamentalmente su encare, el gran confort de tiro, y que yo suelo tirar generalmente en distancias concretas en las que puedo jugar bastante bien con un único choke.
Igualmente para entrenar en compak durante los meses de veda me parece una estupenda alternativa, me gustan mucho las nuevas Beretta y por descontado las morraleras Benelli, pero a mi ventana ha asomado una Franchi que me habla, me susurra, parece que estamos invitados a coincidir mano a mano tras patirrojas, conejos, codornices y lo que salga por esos benditos campos. Ya veremos.

Creo haber contado en alguna ocasión que cuando comenzaba mi padre intentó comprarme una Beretta del 20, semiautomática, pero sencillamente la economía familiar no daba para tanto hace más de tres décadas, así que una modesta yuxtapuesta en este bello calibre fue la que me permitió abatir perdices, revolcar conejos y bajar tórtolas, palomas y zorzales por libres y cotos sociales durante un buen número de años. Esa cita con una Beretta del 20 sigue latente. Como digo, ya veremos.

Con el 20 podemos cazar de todo, y además, con muy buen rendimiento. Es un calibre medido y espectacular para la media veda, el escaso peso de la escopeta de este calibre te deja cazar con calor sin mayor problema, y cazar con cartuchos de carga moderada en este calibre te permite además hacerlo con un notable confort de tiro. Toda una delicia con codornices y tórtolas, y con palomas, ojo, que asusta cómo las baja.

En la general es un calibre que si lo pruebas raro es que regreses, al menos de lleno, al 12. Va de lujo, te deja cazar de sol a sol si hace falta y los brazos no se resienten a media jornada por lo que los encares a última hora suelen ser muy buenos, eso es importante pues por cansancio al portar escopetas pesadas, dejamos muchos disparos relativamente sencillos, muy bajos. Diría que para cazar al salto se va a ir imponiendo y no tardando mucho, en cuanto la economía se recupere un poco creo que muchos cazadores van a mirar una escopeta del 20.

En breve, y atendiendo a la petición de algunos amigos, os contaré cual podría ser una buena opción en escopetas del 20 para cazar al salto, en mano y al paso, para la próxima temporada; por fortuna nuestros amigos de BBI tienen una buena gama y espero ir probando alguna que otra en estos meses.

Así que una vez visto que el 20 es un calibre jugoso, apetecible y capaz, os dejo con algunas reflexiones de mi buen amigo Luis García, que el año pasado quiso probar durante una temporada completa con el calibre amarillo y apostó por una semiautomática Franchi Affinity que, la verdad, me gusta bastante por varios motivos entre los que puedo destacar su mecánica, su peso ajustadísimo y muy cabal para cazar al salto y en mano de sol a sol si hace falta, su encare morralero a tope, y su precio, siendo verdaderamente una de las mejores opciones en calidad-precio-rendimiento del mercado actual.

Luis comenzó la temporada con esta semi ante conejos y sobre todo codornices, estamos delante de un gran cazador codornicero apasionado de esas avecillas; y en la general se las ha visto en diferentes jornadas con las del pico y leotardos rojos -Luis es un notable perdicero de los de verdad-, los esquivos conejos y alguna que otra rabona, siempre con sus dos bravas podenquitas andaluzas por delante, sacando y abatiendo caza donde otros muchos cazadores, sencillamente no obtenían resultados. Y según me comenta, esta Franchi Affinity del 20 va a ser la titular desde ahora, y eso que Luis tiene buenas “herramientas” en calibre 12 y 16. Os dejo con sus comentarios.

“No es fácil explicar por qué, en ocasiones, nos da por nadar a contracorriente. Mientras la gran mayoría de los cazadores opta por el calibre 12, unos pocos -que acabaremos siendo una inmensa minoría- sufrimos el mal de la “fiebre amarilla”, que es la que contagia el calibre 20 y estos cartuchitos de color gualdo. 
Mi llegada a este calibre vino de la mano de un buen amigo que me regaló una plana del 20. Con aquella escopeta, que gasta chokes cilíndricos en ambos caños, no sólo me sentía muy cómodo, por su ligereza y su rápido encare, sino que, además, conseguía unos tiros sorprendentes que me sirvieron para comprobar que el 20, de calibre pequeño, no tiene más que el tamaño de sus cartuchos.

Sin embargo, aunque aquella paralela me gustaba mucho, echaba de menos el encare y la polivalencia de una semiautomática. Pensé en el magnífico cóctel que resultaría de la combinación de un calibre suave, como el 20, con una buena semiautomática.  Después de mucho manejar pros y contras, me hice con los servicios de una Franchi Affinity del 20 y creo haber acertado de pleno.

Los publicistas de BBI dieron en el clavo al definir la Affinity del calibre 20 como “l’estensione naturale del braccio” (“la extensión natural del brazo”) pues la Affinity, es de una ligereza impresionante -estará en poco más de los dos kilos y medio- y tiene un encare natural fantástico que permite hacer tiros muy rápidos e intuitivos. Con ella, en las jornadas de caza en las que me ha acompañado, no he echado de menos en ningún momento la semiautomática del 12, que ha sido siempre mi escopeta de referencia.

La Affinity es una escopeta elegante, con unas maderas buenas para el precio al que se ofrece, muy liviana, y con un sistema inercial de carga eficacísimo, el “Front Inertia”, que en el tiempo que llevo con ella ha mostrado un funcionamiento impecable.

  
Con la Franchi Affinity del 20 el pasado verano comencé disfrutando mucho con las codornices, lástima que no hubiera tantas como la lluviosa primavera hizo presagiar, pero así de imprevisibles son las africanas. Aún con el choke cilíndrico era conveniente dejarlas volar un poco pues es verdad que este calibre cierra más, a igualdad de choque, que el 12. En ese sentido, el 20 tiene un punto de desafío, pues no sólo se disparan cartuchos de menor gramaje que los habituales del calibre 12, sino que, además, el cono de perdigones es más estrecho y por ello, el acierto, especialmente en las piezas a rabo, tiene un punto más de mérito.

Creo que el calibre 20 es un calibre ideal para aquellos cazadores que ponemos el acento más en el cómo que en el cuánto, pues obliga al cazador a afinar mejor en los tiros y ése más difícil todavía es una de las maneras que algunos tenemos de mostrarle al campo y a la caza un poco más de respeto. 
Aviso: la “fiebre amarilla” es muy contagiosa, si no quiere sufrirla, mejor tome precauciones y no cace cerca de alguien que la padece, no pruebe a disparar con una escopeta del calibre 20, y cuando vaya a comprar sus cartuchos del 12, no se detenga demasiado tiempo mirando esos cartuchitos tan atractivos de color limón, pues casi con seguridad terminará sintiendo los mismos síntomas que en su día sufrimos los que ya nos hemos pasado al lado amarillo”.